El Rey Pawblo ya descansa: una despedida entre lágrimas, mariachi y amor perruno

Redacción

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SAN MIGUEL DE ALLENDE.-Con su casita, su camisita de mezclilla, sus huesitos de juguete, su comida favorita y hasta una silla marcada con su nombre, Pawblo, el pequeño Chihuahua de Bill y Karla, fue despedido como lo que siempre fue: un rey.

A Pawblo, también conocido como “El Rey Pawblo” o “Pawblito”, lo atacó un perro pastor alemán, propiedad de un vecino. El encuentro fue brutal. El pequeño cuerpo del Chihuahua no resistió las heridas… y su alma partió al cielo perruno.
La tristeza es grande. El dolor, profundo. Porque quien ha amado a un perrito, sabe que no solo se va una mascota, se va familia.

Por eso, este fin de semana, sus humanos y amigos lo despidieron con música de mariachi, con lágrimas y con gratitud. El homenaje se hizo en el Café Rama, uno de sus lugares favoritos, donde Pawblito siempre fue tratado como nobleza canina.
Allí, rodeado de quienes lo quisieron, colocaron la urna con sus cenizas, una silla grabada con su nombre y los recuerdos que dejó a su paso: risas, compañía, fidelidad.

“No se puede regresar al Rey, pero los años de felicidad que nos dio, esos no se van jamás”, compartieron Bill y Karla, con el corazón apachurrado pero agradecido.

🐶 Un llamado urgente: la responsabilidad es nuestra

Lo que le pasó a Pawblito no fue un accidente inevitable. Fue el resultado de la irresponsabilidad de alguien que no educó, no sujetó ni cuidó a su perro.
Tener un perro —sea del tamaño que sea— no es solo alimentarlo y sacarlo a pasear. Es educarlo, socializarlo, mantenerlo con correa y asegurarse de que no represente un riesgo para otros.

Porque la falta de responsabilidad mata. Porque cada vez que un perro agrede a otro (o a una persona), el daño es irreversible. Y esta vez, ese descuido terminó con la vida de un ser pequeño, pero inmenso en amor.

Hoy, “El Rey Pawblo” ya no está. Pero su historia queda como homenaje… y como advertencia.
Que no haya más reyes caídos por descuidos humanos.Que honremos a nuestros animales como merecen: con amor y con responsabilidad.