Redacción
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COMONFORT.- En el corazón del municipio de Comonfort, Guanajuato, entre calles empedradas y casas viejas que guardan historias de generaciones, la madrugada del martes 29 de abril, una historia trágica. La última de Doña Jovita.
Vecina de la calle Ignacio Allende, conocida y querida en el centro del municipio, Jovita —una mujer de la tercera edad— fue brutalmente atacada con un machete por un hombre dentro de su propia casa.
Eran aproximadamente las 2:30 de la madrugada del martes 29 de abril cuando, ensangrentada y herida de gravedad, corrió más de 300 metros buscando ayuda mientras llamaba al 911 pidiendo apoyo. Corrió como pudo, con el alma colgando del cuerpo y una sola idea: sobrevivir.
Su destino fue el edificio de Seguridad Pública Municipal, a solo tres cuadras. Pero ahí no encontró a nadie. Ni un solo policía de guardia. Nadie que abriera la puerta. Nadie que respondiera sus gritos. La barandilla, que debía estar vigilante a cualquier hora, parecía un cascarón vacío.
Mientras tanto, el agresor la seguía. La escena que siguió fue aún más dolorosa: Doña Jovita, sin más opciones, corrió a la Farmacia Guadalajara, abierta las 24 horas, tratando de refugiarse. Ahí, frente a los ojos impotentes de los empleados, su atacante le arrebató la vida.
La noticia recorrió rápido los grupos vecinales y redes sociales. #JusticiaParaJovita se volvió un clamor ciudadano. No solo por la brutalidad del crimen, sino por lo que representa: un grito de auxilio que nadie escuchó, un pueblo sin autoridad que lo cuide, un municipio donde ni el miedo alcanza para hacer reaccionar al gobierno.
NO ES LA PRIMERA VEZ
Los ciudadanos no olvidan que la policía municipal de Comonfort ha sido señalada anteriormente por abusos, negligencias, nepotismo y hasta homicidios. Que en lugar de construir seguridad, el gobierno actual ha llenado la nómina de amigos, familiares y conocidos de regidores, como si el Ayuntamiento fuera su herencia. Que incluso la encargada de Comunicación Social —una de las voces oficiales del municipio— es amiga personal de una regidora, sin experiencia ni contacto real con la prensa.
El presidente municipal, Gilberto Zárate, quien ha pasado por el PT, PRD y ahora Morena, tardó tres días en emitir una respuesta oficial. Y cuando lo hizo, fue con un comunicado lleno de faltas de ortografía, donde incluso escribieron “aprensión” en lugar de “aprehensión”.
Un texto que más que consuelo, ofreció vergüenza.
Doña Jovita merecía más. Merecía vivir. Merecía que al menos alguien respondiera a su grito. Hoy su muerte no solo deja duelo en su familia, sino una rabia generalizada en todo Comonfort, un municipio de 83 mil habitantes que se siente huérfano, mientras el alcalde vive custodiado por elementos de la Guardia Nacional.
Los ciudadanos saben que el asesinato pudo evitarse. Y no están dispuestos a callar.
Hoy, #JusticiaParaJovita es más que un reclamo. Es una exigencia a un gobierno que ha fallado donde más duele: en proteger la vida de una mujer que solo necesitaba que alguien la salvara.
***CON INFO DE: Ana Solís/ Gobierno Comonfort/ redes sociales